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2013-07-01
mensaje de
kixreisp
2013-03-15
mensaje de
jingskibgaq
When I sat down to think up my wish list of dream holidays for last issue s column, Dar Ahlam was very near the Sac Balenciaga top. A fairytale Kasbah in the palm groves three Sac Balenciaga pas cher hours drive from Marrakech is how I described it. A few weeks later, I was sitting in the backseat of an SUV with my mother, climbing high into North Africa s snowcapped Haute Atlas mountains and into the ancient valley below. We drove through rose-hued villages and past raucous livestock markets, men Balenciaga Clutch driving donkey carts and women s argan oil co-operatives precisely what I had imagined of visiting Morocco s haute hideaway.
What I hadn t imagined, however, was our car arriving at its destination just near the edge of town. While not expecting a desert camp, I had something more isolated in mind from Dar Ahlam. We followed a dapper young manager across the threshold as he explained this formidable, sand-coloured Kasbah dated back over 100 years before its reinvention as a house of dreams boasting 13 suites. Every meal, every day, you will take somewhere different among hidden nooks of the property, he said, adding that the sprawling property was landscaped by the same Frenchman who revamped Paris Jardin des Tuileries. It takes more than 20 people, he went on as we approached the enchanted garden, to create these moveable feasts.
This is pretty fabulous, my mother observed. We were stretched out on plush saffron cushions, nibbling pomegranate and rocket salad for lunch as birds fluttered overhead. But I had travelled across the world with expectations that now appeared to hold me back from fully enjoying an otherwise idyllic moment. Does the danger with keeping a bucket list lay in actually making one s travel wishes come true?
I wrestled with this as we unpacked in an expansive suite behind hand-carved wooden doors, replete with fireplace, snuggly rugs and a private terrace where I gazed up at a star-filled sky. In between, though, I had to hold tight so as not to slide off the loosely attached toilet seat and had trouble finding anyone in the mazelike structure to light a fire.
Though my lofty expectations may have been dashed by the hardware, the awesome environs took me by surprise. That afternoon our turbaned guide Fouad took us walking in the Palmerie, a 400sq m oasis which originated when ancient nomads spat out their date seeds, leading to the rise of these soaring palms. We walked alongside fava bean plantings and corn stalks, waving to farmers at rest under pomegranate trees. In my notes I scribbled: What a treat to feel lost yet safe.
Late in the day, we crossed the raw deserted landscape to the hilltop vestiges of a Portefeuille Balenciaga 12th century village where Fouad surprised us with a traditional nomad tea ceremony. Such North Berber hospitality comes from the heart, our host Balenciaga Clutch explained, but the Moroccan tea came from Arab traders in the ninth century who themselves imported the leaves from China. We learned not to drink the first pour, nor the too dark second, and watched as he aerated the golden liquid. Meanwhile, my mother stood up as the sun began to set behind pink clouds hovering around the snowcapped peaks. I ve always dreamt of coming to a place like this, she said wistfully. While I didn t know if she meant the epic landscape, the sheer remoteness or something else entirely, I felt the unexpected, priceless joy of bringing someone else s wish list to life.
For more info on Dar Ahlam, see .
Elba Duarte Acuña nacio el 16 de mayo de 1989 en la ciudad de Abaí departamento de Caazapa. Hija de Placido Duarte y Laudelina Acuña. Curso su estudio primario en la escuela Parroquial Tomasa Bogado, y los secundarios en el colegio nacional Coronel Rogelio R Benítez ambos en la ciudad de Abaí. Empezó a escribir a los 16 años. Luego de terminar sus estudios secundarios se trasladó a la ciudad de Villarrica, y posteriormente a Asunción en donde actualmente reside.
Cuentos
Voxi.
Mi perro es lanudo, sus ojos son como esmeralda, tiene el pelo amarillo, como el sol que brilla; sus patas hacen tenues ruidos –toc, toc, toc-. Cuando me veía llegar con mi cuaderno del colegio, corría y saltaba abrazándome feliz. Toda la tarde él era mi compañía en mi casa, me protegía, hasta que un día tuve que dejarlo para ir a trabajar en Villarrica. Tomé la más dolorosa decisión para dejar a mi pobre perrito, pues él era mi héroe, y mi mejor amigo.
Era una tarde cuando me despedí de mi papá diciéndole que me voy de la casa, sabiendo que él me visitaría a menudo, por lo que me resultó difícil despedirme de Voxi, imaginándome que mañana ya estaría sin su presencia.
A la noche no podía dormir, y al día siguiente me levante muy temprano, me despedí de mi papá y de y de mi perrito. Salí de mi casa llevándome en el alma una gran pena y en mi pecho un dolor por no haber podido llevar conmigo a mi perrito amarillo.
Me senté en un banquito en el centro de Aba’i, esperando el colectivo de “LA GUAIREÑA”. Pensaba que voxi estaría ya triste por que ya no habrá alguien con quien jugar a la tarde, seguía ahí esperando triste, de pronto ví que el colectivo se acercaba, se quedó ahí en mi frente. Subí, pasé por Piray, ahí observe el hermoso lugar de la Virgencita de Ca’acupe. Cuando ya pasaba San Juan Nepomuceno, camino a Villarrica, me quedé dormida y al entrar en la Terminal me desperté. Caminé dos cuadras para llegar a la casa de mi hermano, cuando llegue encontré a todos felices y contentos. Me olvidé de mi tristeza por el momento.
DE VUELTA DEL COLEGIO.
Llegaba la hora de la salida y todos los alumnos del colegio Nacional de Aba’i salían cansados y al mismo tiempo muy contentos, todos iban caminando muy felices, hablaban de todo un poco y reían. Sin embargo, Jeanette guardaba silencio, se ponía triste sabiendo que cuando llegue a su casa no encontraría a nadie, y tampoco la comida. Ella caminaba bajo el sol, iba por las calles del barrio San José, con su cara de tristeza. Cuando llegó a su casa ya estaba muy cansada, y su perrito, al ver que Jeanette llegaba a la casa se puso muy contento, saltando y moviendo la cola. Pero como ella estaba con muchas preocupaciones no quería jugar con él. Luego de cambiarse fue hacia la cocina para ver que había para cocinar, es que Jeannette cocinaba después de llegar del colegio, desde que había muerto su madre. Jeanette empezó a llorar al ver que en la cocina no había nada que preparar, sentía que la vida era injusta con ella.
Grande fue su alegría cuando su hermanita llegó a la casa trayendo lo necesario para la cocina. Luego de un momento Jeanette y su hermanita tomaban animadamente el tereré, riéndose por las anécdotas del colegio.
La fiesta de boda.
Todos los vecinos estaban felices por la fiesta que se realizaba en el barrio San José. Era la vecina de Jeanette, pero decidió no asistir, porque no quería bailar, ella estaba triste porque la fiesta se realizaría justo cuando tuvo una pelea con su novio, y no podía fingir alegría estando triste por dentro. Tenía una hermanita que era muy alegre, y le encantaba las fiestas particulares. Jeanette le decía que si ella se quería ir que se vaya con el padre de ambas, pero su hermanita solo quería que ella la acompañe. Tanto insistía, suplicándole que por favor se vayan juntas, entonces Jeannette se puso más triste por no poder complacer a su hermana, y al no convencerla para irse a la fiesta la hermana se puso a retar a Jeanette:
-Es la primera vecina, esta muy cerquita , sos tonta no te gusta estar feliz- le repetía a Jeanette sin saber que ella tenia problemas con su novio, por lo cual quería estar tranquila.
Así pasaba la hora y ya era tarde, y las dos se fueron a dormir.
A la mañana temprano, cuando las dos estaban acostadas, la hermanita se acordaba de lo que perdió de la fiesta. Como ya era todo una adolescente, lamentaba por no haber asistido. De repente escucharon que alguien tocaba la puerta, por lo que la hermanita salio a ver quien era, era la hermana de la mujer que había tenido la fiesta, y le traía la torta y el asado, invitándole a que vaya a traer los globos para ella.
Desde ese momento la hermana de Jeannette se puso muy contenta y feliz. Ella sonrió al ver feliz a su hermana, también porque había vuelto la tranquilidad a sus sentimientos.
La palomita mágica
Era una vez cuando Antoñito salió a pasear por el campo mientras su madre cocinaba, extrañaba a su papá, que había salido de viaje ya hacía tres días, y estaba muy triste, veía los pajaritos, las vacas, los caballos y muchos animales. Luego de un tiempo, cuando se dio la vuelta ya no veía su casa, solo la selva y el campo, entonces Antoñito se sentó y se puso a llorar, hasta que escuchó un ruido ahí cerca, se dio la vuelta y miró a su costado, vio una palomita que tenía las alas rotas, y la quiso agarrar pero la palomita daba un salto tras otro, y así, sin darse cuenta llegó frente a su casa, y entonces pudo agarrarla, y tomándola cariñosamente le dijo: – eres tan linda, gracias por traerme de vuelta a mi casa, estaba perdido, mi papá viajo, y mi mamá estaba adentro, estaba muy preocupado hasta que apareciste. Antoñito le hizo un nidito y le dio de comer y de beber, cuando volvió su papá le contó que fue a pasear por el campo y que se perdió por ahí hasta que encontró una paloma a la que le bautizo con el nombre de palomita mágica porque le llevo hasta su casa. Desde entonces la familia vivió feliz junto a la palomita.
La hora de la llegada de Jeanette al colegio
Era las cuatros de la madrugada cuando Jeanette se entusiasmaba en escribir poemas, los gallos cantaban triste, mientras Jeanette seguía escribiendo con muchos recuerdos, ya pasaron tres horas y ella no se daba cuenta, continuaba con su poema, cuando era las siete y treinta, se acordó que tenia clase y pero la entrada era la siete en punto, desde ya empieza su preocupación
- No puedo irme al colegio a esta hora, además por ahora la directora tranca el portón del colegio después de la entrada, que hago? Se preguntaba Jeanette
Entonces guardo su cuaderno, bajo de su cama y salio de su piecita y dijo – yo me iré al colegio, no importa que sea tarde, y tampoco me importa que esté trancado el portón del colegio, entrare por encima del tejido, haré hasta lo imposible para que nadie me vea.
De pronto Jeanette se puso su uniforme, agarro su mochila y partió apuradamente, por la calle solo el viento la peinaba, iba muy preocupada, y volvió a decirse- como entrar en el colegio sin que nadie me vea?. Su corazón palpitaba fuertemente por el miedo que tenia de que la viera la directora, cuando llego miro por todas partes y se puso muy feliz cuando vio que estaba abierto el portón de la entrada, entonces paso rápidamente por el costado de la dirección, entro en su clase felizmente y se sentó en la silla contándoles a sus compañeros lo que paso con ella, y de nuevo se quedo sin ninguna angustia.
Antoñito y sus palomitas.
Antoñito adoraba a las palomas que llegaban en su casa cada mañana, él les daba de comer todos los días. Cierta vez, en una mañana lluviosa en que no llegaban las palomitas, Antoñito se puso triste, y fue a contar a su abuelito, él le dijo que espere más, que tardaron nomás por la lluvia, pero Antoñito no se podía consolar, y empezó a llorar, pero su abuelito le prometió que si no llegan, iban a salir a buscarlas.
Ya era muy tarde y aún nada no aparecían, entonces salieron a caminar bajo la lluvia, mientras iban Antoñito seguía llorando muy desconsolado. Ya iba oscureciendo en la ciudad de Asunción y ellos estaban empapados, entonces el abuelito se inclino hacia el niño y le canto una especie de canción de cuna: -No llores pequeño, no llores mi amor...
Y al pequeñito le gustó mucho la canción y empezó a reír y le pregunto a su abuelito:
-porque no aparecen las palomitas abuelito?. Y de nuevo se puso a llorar.
De repente pasaron sobre sus cabezas tres palomitas y antoñito empezó a saltar de alegría diciendo: -aquí están abuelito-. Entonces dejo de llorar, cantaron juntos caminando por las calles, y regresaron felices y contento
El miedo de Jeanette
Jeannette vivía con su papá y su hermanita en una casita en donde habían pocos vecinos, cuando ya se acercaba la noche, y si su papá no llegaba todavía, ella ya empezaba a tener miedo. Un día, al acercarse la diez de la noche, empezaron a escuchar que su perrito ladraba continuamente –huuuuuuu-huuuuuuuu- entonces Jeannette dejó correr temerosamente su imaginación, acordándose que su papá le decía que cuando el perro ladra así es porque estaba muy cerca el “luisón”, y a su vez su miedo se multiplicaba al considerar que vivían a solo una cuadra del cementerio. Según contaban los ancianos del lugar, el luisón pasa por el cementerio los días lunes y martes. Jeannette nunca vio tal cosa, pero igual tenía mucho miedo, y por ello tampoco quería levantarse temprano para no andar sola por la cocina. En fin, el tiempo paso, Jeannette fue a Villarrica a trabajar, y nunca pudo ver al luison.
Acorralada en la tristeza.
Cuando toda la gente de Aba’i se encontraba en el estadio, gritaban de felicidad alentando a los jugadores. Mientras, Leonora se quedaba en su casa acompañada de la tristeza, con pesadumbre en la mirada. Leonora vivía en una casita del pueblito de Aba’i. Cuando el sol iba entrando, ella preparaba su pensamiento y escribía sus poemas, en su sombría casita del barrio San José. Su único amigo era Dios, a quien le hablaba diariamente, él no le decía nada, pero la respuesta la puso el su corazón. Ella siempre vivía retraída del mundo, nunca le gustaron las fiestas, pero en la misa siempre asistía, era una chica buena, callada, hasta que un día tubo que dejar la privacidad, para irse a trabajar para que se cumplan los deseos que nacieron con ella. Cuando dejo su casita, ya no tenía tiempo para estar triste, porque se relacionaba más con la gente, y eso le hacía sentir mejor.
La colación de Leonora.
Se iba aproximando el mes de diciembre, el que el curso de Leonora tendría su colación. En la hora de orientación el tema se trataba sólo de la fiesta de la colación del curso, y entonces Leonora ya se ponía triste al tocar ese tema, porque su papá no podría cubrir los gastos, y ella no podría asistir a la fiesta, además ella se encargaba de anotar todos los gastos de cada compañero, y ella no figuraba en esa lista, y eso le ponía más triste todavía.
Ella tenia en la mente que no iba a tener su colación, en un día les contó a sus compañeros y a su profesora que ella no iba a asistir, muy triste decía todo, entonces algunas compañeras decían que la ivan a ayudar en lo que puedan para que no esté ausente en esa noche.
Pero una mañana Leonora se decidió a estar en la colación, se despidió de su padre diciéndole que iba a la casa de su hermano en Villarrica, para trabajar junto a una amiga de la familia. Durante el poco tiempo que trabajó le bastó para poder cubrir sus gastos y realizar su sueño. Leonora se puso muy feliz porque finalmente pudo compartir con sus compañeros la despedida de su bachillerato.
La tragedia de Leonora.
Era una tarde en que Leonora le decía a su mamá que quería hacer tortillitas, ella tenia tan solo sietes añitos, la mamá no le aceptó nada, le dijo que era muy chiquitita todavía para hacer tortillas, pero ella insistía a su mamá, y ésta seguía diciéndole no, entonces Leonora lloraba por no poder hacer lo que quería. Luego de un momento, la mamá cedió, dijo que haga, entonces se puso a saltar de tanta alegría que tenía. En la cocina hacía su tortilla cantando, hasta que terminó su comida. De repente, cuando iba a alzar el sartén se le derramo el aceite muy caliente, entonces la hermana mayor escuchó un grito, corrió hacia la cocina encontró que Leonora se había quemado, no sabia que hacer, y le derramó agua fría por su quemadura. Eso paso cuando la mamá se fue un ratito a la chacra. Al llegar la mamá, encontró a Leonora llorando y sin remera, entonces le pidió que le explicara lo que había sucedido. Todo esto paso justo cuando ella estaba de exámenes, en el segundo grado, entonces la mamá escribió una carta y le mando a la profesora diciéndole que Leonora estaba enferma. Después de pasado el tiempo Leonora se recuperó, y pudo rendir sin problemas sus materias pendientes. Después Leonora comprendió que debía haber hecho lo que le decía la madre, que no debió insistir nada
Poemas...
A Aba’i
Mi pueblito lindo
Los bellos arboles
Tu campo sin fin
Lleno de salud
Es mi pueblito Aba’i
Quisiera vivir en ti otra vez
Mi pueblito Aba’i
Tiene bello amanecer
Los pajaritos cantan
anuncian la aurora
los gallos también
Aba’i es lindo ahora
Mi pueblito querido
No me olvido de ti
Porque tu naturaleza no tiene fin
A Villarrica
Se ven felices las flores
Las calles que no tienen fin
Hay miles lugares hermosos
Y plazas que dan vida a Villarrica.
Las estrellas son bellas en lo alto
Y lentamente se ocultan con el alba
Te extraño cada vez más mi bella Villarrica
Cuando voy llegando, paso por Yataity
Luego aparece el Yvaroty
Linda es la Iglesia que esta hecho de piedra
En la entraba a Villarrica
La ciudad linda del Guaira
Villarrica mi eternidad
Se ve hermoso todos los días
Ahí nació la bella y adorada Luz Maria
Voy visitando Santa Lucia
Ahí se encuentra la pequeña Iglesia
Y la casa de los ancianos
Los domingos en la misa
Rezan y cantan los compueblanos.
Iglesia de Aba’i
Bajo los árboles, en medio de los pastos verdes,
sencilla y triste se muestra la iglesia de Aba’i,
las gentes cantan y rezan en la misa dominical.
El coro canta bellamente,
haciendo aún más conmovedor
el ambiente del templo.
En mi pueblito solo hay paz y amor,
bella lejanía del Paraguay.
Aba’i, mi pueblito…
En él se encuentra la iglesia sagrada
que la adorna.
En mi cálido pueblo reina
la paz, el amor y tranquilidad,
Ahí todos somos felices.
En la iglesia antes de terminar la misa
todos cantamos, diciendo queridos hermanos.
Que siempre viva en mí esta tierra buen
Amanecer feliz.
Alegres los pajarillos entonaban sus canciones,
Mientras él en mis brazos palpitaba en su cuerpo
como un solo su corazón.
salió de mis sueños como un Adán,
como el primer hombre de mi corazón,
como la primera mirada que amé.
Era como el roció, fresco y lozano,
expandiéndose por mi ser,
Como un eterno regalo de gozo y felicidad.
Lo perdí.
Un amor yo perdí
Por culpa mía fue así
Un beso nomás le di y de pronto se fue de mí.
Mañana quizás vuelva, porque sin querer lo perdí
No me daba cuenta del error que cometí
Y así de repente lo perdí.
Ojala que me quiera
Porque sin él no hay alegría para mi.
Reconozco mi error lo que un día cometí,
Fue amarlo ciegamente
Y por eso lo perdí.
Él tenía otra escondiéndola de mí,
No sabía pero ahora lo descubrí,
Ahora entiendo que no era para mí.
Ya nada podía hacer
Cuando el ultimo suspiro de mi madre se apago.
Con su mirada de adiós
En la penumbra ausente de mi alma.
Sin ella en la casa hay un gran vacío.
No he encontrado camino de felicidad
Desde que partió nos quedamos perdidos
15 AÑOS
Nadie sabe porque te has cambiado tanto,
a tus amigos le resultas ahora diferente,
Es natural que tu cuerpo se cambie cada día,
y que en ti despierta la alegría,
De pronto has usado labial,
te has pintado las uñas,
ya te has sentido una mujer,
sera por tu quince años.
Has dejado la niñez, ya eres toda una mujer,
Últimamente en ti ha crecido deseos de saber
y aprender algo nuevo que tenga que ver cosas de una mujer,
porque ya eres una mujer hecha y derecha.
Tu corazón se siente diferente,
ya no te gusta aquella relación de tu niñez
que ya dejaste morir de a poco.
Ya te entregas a la pasión,
cosas de chica ya lo guardas un montón
Me marcho
Hoy me voy de tu lado
Con esas lagrimas te digo me marcho
Sabrás tu que hacer de tu vida
Yo me voy de tu lado despidiendo la alegría
Espero que seas feliz que conozca otro amor
Porque hoy me voy de aquí y me marcho con dolor
Como olvidar esos besos tan dulce,
Como olvidar esas caricia tan apasionada
Como olvidar de esas manos tan suaves
Ese piel tan sensible
Esos pelos negros y esas palabras tan amada.
Hoy me voy de tu lado
Porque descubrí que nunca me habías amado
Roses amor...... tus labios con el mió
Te diré en tus oídos
Adiós amor.........
Siento que no eres mio
Hiereme
Hiéreme si quieres destrózarme.
Amo a quien desea olvídarme.
Ríe con quien quieras pero déjame,
Déjame sola con mi llanto.
Mátame si quieres, que dolor habrás más,
Si todas las heridas, aquí hechas ya están.
Me cuesta
Tu me deseas y a mi me cuesta aceptar
Es difícil comprender si me amas de verdad
Me cuesta tanto creer en tus palabras
Me arrepentí por haberte negado mi amor
Y hoy ya me estoy llenando de gran dolor
Me di cuenta que me estas gustando
pero no se si me volverás a buscar
No vuelvas
Ya no vuelvas por favor
No lastime mi corazón
Deja que me calme mi dolor
Lárgate no piense más en mi
A pesar de todo puedo vivir sin ti
Diviértete como un niño
déjame sola sin tu cariño
que nunca nada te he prohibid
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